Una casa está quemándose y se han equivocado al darle a la alarma, quedando como válida una casa que no está quemándose y que es la nuestra. Algo así pasa en el libro que estoy leyendo. Aunque a su vez están pasando otra infinidad de cosas, como que Dorcas es la mujer del hombre al que amo y la acabo persiguiendo. La sensualidad es algo que no me arrebatan tan fácilmente, y la llevo como mi cuerpo me va dando a entender. Amar a una hija que no es mía tampoco es algo que me puedan negar. Así es. La casa que se quema es la tuya. La hija que se muere no es la tuya. Pero huele a humo y a muerte de todas formas. Habrá que pagar la cuenta del incendio. Nunca entendiste esa frase. Por eso tuve que dejar de amarte y perseguir a mujeres que se llaman Dorcas y que se casaron antes que yo con el hombre al que amo.
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